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¡Por fin llegaron las vacaciones! Has trabajado muy duro durante todo el año y ahora te mereces unas semanas de descanso.
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A orillas del mar, lejos de la ciudad, puedes disfrutar del tiempo libre. Un folleto te dice que puedes pasear a lo largo de la costa o incluso hacer surf si te gustan las olas.
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Para los veraneantes más perezosos, siempre están la playa, la tumbona y los helados. Pero sobre todo, ¡ten cuidado con las quemaduras del sol! No sólo corres el riesgo de que te duela mucho sino también de ser el plato del día en el restaurante del puerto. Aquí, los cangrejos son una verdadera delicia.
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Después de pasar un día saboreando cócteles exquisitos y zambulliéndote en las azuladas aguas del mar, ¡qué agradable es volver al espacioso chalé que has alquilado para el verano!
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Al anochecer, puedes invitar a unos amigos. No es más que el principio de una velada que promete ser maravillosa. ¡Qué comience la fiesta!
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La cocina del chalé está bien equipada. Si quieres hacer una barbacoa con tus amigos, no te prives, pues todo es posible en este chalé de ensueño.
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¿Pero después, quién lavará los platos? ¿Algún voluntario? ¡Cómo de costumbre!
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La luz del amanecer te despierta y desde la ventana de tu cuarto divisas el mar. ¡Un día más en el paraíso! Mira el cielo despejado. ¡Vacaciones como éstas, se las aconsejarías a todos!
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Las vacaciones son una oportunidad para reunir a toda la familia. ¿Hay algo más agradable que pasearse por la orilla del mar? Las olas rompen en tus pies y se alejan justo antes de mojarlos.
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Pero cuidado, a las olas les encanta divertirse y corres el riesgo de calarte hasta los huesos. Presta bien atención, si no vas a tener la sorpresa de encontrar un pez en el bolsillo.
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¡Y ten cuidado con los cangrejos de mar en cólera, pues podrían pellizcarte los pies! Más vale refugiarse en los brazos de papá. ¡Él tiene los dedos de los pies más gordos, lo que resulta más apetecible para los cangrejos hambrientos!
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Si ya no tienes ganas de caminar, puedes jugar al fútbol, al volley-ball o a la cometa. Construir castillos de arena o cavar hoyos es también muy divertido.
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Sobre todo, ¡no te olvides de los amigos que has cubierto de arena, pues pronto sube la marea!
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Cuando vuelvas, ¡lávate los pies, pues si no vas a llenarlo todo de arena! Lo que es muy desagradable, especialmente en la cama.
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Se supone que las vacaciones son para descansar, pero de hecho, ¡vuelves todavía más agotado! ¡Qué lleguen pronto las próximas vacaciones!